viernes, 29 de junio de 2012



El derrame de ropa. 
Si, eso quiero.
Lamerte las penas y los olvidos.
Y amarrame porque no paro.
Soy mujer ardiente. Ninfa y faro.
Entreabro los muslos.
El sexo húmedo late,
late
late.
Te reclama. Te desea. Te atrapa.
Interiorizate con dedos cálidos, así, un poquito más acá,
Mientras te acaricio con mi lengua que esta fuego
Y se ha determinado incinerarte la oreja, y el cuello, y un poco la nuca.
Te busco con mis labios
Voy hacia la falta
Procuro hacerla mía.
De la laringe a la puntita de la lengua
Y entonces abro la puerta a la interioridad,
Esa que a vos te falta,
El seno de la creación dentro mío.
Y tu exterioridad y mi interioridad fundidas
Y se me escapa el pulso
Y me tiembla el seno 
Y los pezones en punta.

Me desarmo y todas las galaxias conmigo,
Se para el tiempo,
SOY el tiempo,
SOY infinito
Soy todos los alaridos.

Y despacio vuelvo
Y en eso te miro
¿Qué tendrás que ver conmigo?
El castigo divino Redentor del placer
 ¿Placentera culpa? ¿Puta culpa?
Fui manzana mordida desde el nacimiento
Y en este derramamiento de sangre inútil
me confieso perra insubordinada, desordenada y alterada.
Y el sol sale para mi también
Así que no me mires con esa cara 
Y la luna y el mar también son míos
¿acaso hay títulos para lo divino?
 ¿fórmulas mágicas contra el hastío?
No seré yo quien me de el próximo porrazo.








miércoles, 13 de junio de 2012

rima de jardín de infante para un amor desmesurado


Año de calores de estufa confundidos con el verso.
Amores como el nuestro,
Hermana tierra,
De anises y cigarros compartidos
Intermediados por melancolías y nostalgias.
Sabernos sumidas
En este mundo incoherente y destartalado
Que a cada paso nos delata parias.
Inútilmente hundidas en la belleza
Recorremos la vida y la existencia
Succionándole fluidos
Rebelándonos poesía.
Empujando el ladrillo de cristal
Y cuestionando los sentidos
Acompañadas, sólo a veces,
Por nuestros propios sonidos.
Perdidas en una marabunta de luces salvajes
Alivia saber que calmamos nuestra sed
En los mismos manantiales.
Hermana tierra,
Compañera de lo innombrable,
Autentico cliché,
Este mundo es más rico desde que te sé.



martes, 15 de mayo de 2012

Nuestras tardes olían a wisky y a cigarro.
Las noches a calle no me dejes sola.
-Muñeca, lo que buscas no es.
-Perro, no pienses en el futuro, besame ahora que mañana no existe.

Ella dejo la ciudad una madrugada fría.
No volvería a verlo.
Él lo supo y jamás la busco.

sábado, 21 de abril de 2012

Es nido mío
arrancado de mi vientre
entre dientes,
a veces puedo
y otras quedo pendiente.

Y es la sangre que grita,
que pita,
por tus amores
Hay que dolores
y después colores,
son tus olores
mis calores
pechos en flor
y luces de sabores

domingo, 15 de enero de 2012

Opio en las nubes - Say no more



Opio en las nubes


Cerras vos que tenes la llave.
Calle, mary poppins, puerta, sonrisa, barra, dos tragos, brindamos porque nos echaron del trabajo, reímos, lloramos, nos abrazamos, el alquiler, la gata muerta, el patio, otro trago, nos reímos de nuevo, exageramos, bailamos, cantamos, bailamos más, una mano en la cintura, tu sonrisa cómplice que aprueba, una puerta, botellas apiladas, una tarjeta y un billete, una mano entre mis piernas, el aliento en el cuello, cerrar fuerte los ojos, vértigo, vértigo, vértigo, vértigo, saco el billete de un dólar y me hago la linda, no me cree y nos reímos. Alivio. otra vuelta, otro beso dulce, "Vuelvo a la barra", me acomodo la falda, salimos, te busco entre la gente, te encuentro por los labios rojobuscoguerra, el poeta esta sacado, va a ser una noche larga, el sol nos encuentra hablando de Chaparro y decimos puras boludeces pero a vos te gusta, y al poeta y a mi también, y no quiero que cojas con él porque quiero que duermas conmigo, o por lo menos me inviten pero no tiene pinta; me tapo y no puedo, salgo y pateo, calle, calle, calle, parque, señoras haciendo ejercicio, perros cagando, niños frescos, duele, auch, duele. Casa otra vez, estas preparando café, el poeta duerme en tu cama, nosotras nos enroscamos en la mía, beso, besito, mimo, beso, te quiero, cualquiera otra vez, bueno no importa, beso, mañana vemos, beso, dormimos.


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Say no more

El tren avanza, amenazante. Todo es en vano. El tiempo no para.

Ya se habían preguntaron por la inmovilidad y la autenticidad Horacio y Escobar, ¿por que no dejarlo ahí? Ellos sabían que no encontrarían respuestas. María también. Y sin embargo…
Tomaba anís y escuchaba de reojo la conversación que una niña sentada en la puerta mantenía con algún amigo imaginario.
El bar tenía las paredes pintadas azul baño y vibraba al ritmo de una cumbia dominicana. La in autenticidad fue lo que la condujo a elegirlo. Se sabía cliché y le dolía pero más valía rendirse y homenajear lo inauténtico en todo su esplendor.
Entregarse a la in autenticidad o a la quietud. Dicotomía de la existencia: en ninguna encontraría el sentido. Pura ficción para quienes alimentan sus vidas de mentira.
Llueve en Madrid.
La calle del bar era Alfredo Castro Campa.
Ahora la niña acomodaba servilletas en una carpeta con imágenes rosadas mientras se contaba algo así misma y la miraba a María de reojo.
En el televisor anunciaban que la muerte de Simoncelli se había debido a la fatalidad, sin embargo entrevistaban al concesionario de los cascos de la moto.
Nada, absolutamente nada de lo que rodeaba a María tenía algún sentido. Darle sentido activo a la existencia era tan sólo una ilusión.
María inconciencia, bar de putas dominicanas que prometían besos ásperos y demarcaban territorio  al grito de papito. Diosas de la noche, comerse el mundo o morir de miedo.  O las dos.

El anís había empezado a hacer efecto. Stop.
Se levanto y se puso en off, prometiéndose dejar el laberinto.
Say no more y dejar que la lluvia le acaricie la cara.

viernes, 6 de enero de 2012

de Granada

La mujer camina dificultosa, un crío se le escurre entre las piernas a cada paso.
Un hombre pasea con la muerte de Morente bajo el brazo.
La dicotomía de ser livianamente entre costumbres ajenas y motivaciones lejanas.
Es que la claridad se rifa en la peña de la esquina
y un perro andaluz reparte los números de la suerte.
Pesadez vagabunda de parir maravillas eternamente sola y ya en el mundo.
Ahora el azul será nuevamente convención, a sabiendas de lo que no es.
Como el sol negro. Oximoron.
Pero habrá que evitarlo y creer ferviente en el azul.
Alivio para el alma intranquila que busca lo que no hay sino del otro lado, 
más allá de todas las calles y las cuevas.