sábado, 4 de octubre de 2014

Me llaman desastre

también porque no se llevar adelante un blog, ni postear apropiadamente.
Y entonces un día de lluvia como hoy le doy entidad virtual a todos los papelitos 2013-2014 que fueron naciendo en subtes, colectivos y el baño de la oficina. Ahí van:
No se, estoy enojada todavía. ¿Por qué te fuiste? Justo cuando empezábamos a enroscarnos como gatas y nos mostrabamos las partes tiernitas y aprendíamos tanto. Y ahora pienso que igual me contaste y yo no me di cuenta, que esa carta a ronald ya lo decía todo y pienso otra vez si tengo que hacer algo pero se que no puedo hacer nada o que no tiene sentido.
Te extraño,  no es que me enoje, es que te extraño.
Nos conocimos en la plaza un verano y empezamos a vernos cada tarde. Enseguida nos hicimos los mejores compañeros de juego: reíamos, corríamos, nos hamacábamos y girábamos contentos en la calesita. Cada vez íbamos más rápido, nos reíamos nerviosos con ese vértigo lindo en la panza pero una tarde pusiste una cara rara y yo me di cuenta pero no dijiste nada y me olvide pronto y seguimos girando y tu mueca ahí estaba pero no bajabas y la calesita más rápido hasta que saliste volando y caíste al suelo y te salió sangre de la nariz. Nada grave, pero lloraste y todos nos impresionamos de la sangre y no había adultos que socorrieran y entonces intente limpiarte con la manga pero te enojaste, me empujaste y te fuiste. No volviste. Te esperamos, dimos un par de vueltas pero no era lo mismo y se fue el verano y llegó el invierno y ya no jugamos en la plaza.

La chica tripolar o Melinda y Melinda (y Melinda)

Y con el olor del agua sin querer me vi en tus ojos
Y supe que no había retorno
Que quería habitar en tus pupilas
que ni otras ni otros ni veredas cruzadas podrían ya separarnos
y sentí la verdad desconocida
y la certeza tan aguda
y el tatuaje en el hueso
y a veces duele,
pero es dolor dulce
y no pude compartirte nada
porque era un mar y me asustó ahogarte.
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Esa tarde sentí el calorcito en el pecho y me puse contenta que volviera porque hacía tanto que no venía y justo con vos, que suerte! Chapoteamos y hablamos pavaditas pero ya estábamos de la mano y no hacía falta nada más y aunque fuera sólo eso, sólo ese día, sólo unos días, ya un color violacio nos envolvía y que suave sentir otra vez, con tanta calma de verdad misteriosa e irresoluble y sin querer saber más y con los ojos te dí todos los besos que con el cuerpo escatimo porque me da miedo besarte de verdad y desaparecer como un conejo en un acto de magia.

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Caía la tarde, el agua estaba calma. Cerré los ojos para identificar el recorrido de la noticia que llegaba. Florecía otra vez, vos eras una contingencia misteriosa, pero desde esa distancia imposible
despertaste a la semilla dormida. ¿Que tendrás que ver con todo o con nada? Yo sólo podía celebrar la luna creciente y su abundancia y vos ahí tan ajeno, tan lejano. Daba ya lo mismo que te fueras o te quedaras, supe en aquel momento que todo vos eras sólo mi invento y que yo sola había florecido usándote de excusa.


Desapalabrada

De vez en cuando quedo totalmente despalabrada; me abandonan sin excepción, todas juntas y de un plumazo. Ninguna rebota siquiera en la punta de la lengua.
Algunas veces las siento empujar detrás de los ojos;
las percibo sutilesse que están ahí, pero no puedo verlas ni oírlas.
Pueden pasar días, generalmente horas, y eventualmente aparecen,
atolondradas y en malón, intentan salir todas juntas.
Entonces las escupo al viento desordenadas.
Y después de estallarse contra cualquier cosa
y verlas confundirse,  Intentando en vano articular y danzarse,
acontece una calma como de atardecer

Se van quedando dormidas, 
entonces llega el Silencio, 
Ancestro de todas ellas,
Aparece cuando por fin se revela 
(otra vez y por un instante) 
que las palabras no son el idioma de lo que siento.

Pero ellas son rabiosas.
Descubren el silencio y en seguida despachan, disparándose:

que soy, vivo, palpito, inhalo lo indecible;
que la profundidad del océano es ...
que del centro de la tierra emanan rayos directo a la planta de mis pies
que las almas traspasaron,

aún sabiéndose perdidas, 
luchan intentando describir, 
se ordenan y reintentan:

el instante en que soy
la esencia del ser que se sabe,
se, soy, lo que no puedo decir 

y el silencio vuelve a knoquearlas,
Y ellas que repiten una y otra vez:

...cuando sólo respiro y te miro y dios
somos escencia... somos estados, 
síntesis cósmicas... 

Ellas no van a rendirse y el silencio las deja jugar, como el gato al ratón.

Meduseando


El primer aliento de la mañana me lleva a tu nuca,
al deseo de tu cuerpo caliente acobijándome;
tus notas empiezan a ocupar implacables mis colores;
empiezo a ahogarme en tus silencios, a vivir en tus verbos.

Me veo como desde fuera,
derramarme, desarmarme, desnudarme, darme.
No puedo oponer resistencia;
no quiero resistir, sería como correr al verano.
Y me asusto pero me entrego, entonces respiro más y más fuerte para que el miedo se vaya y poder seguir ahí, mirándote a los ojos mientras me saco lento cada una de mis carcasas, e intento no profanar el silencio con alguna de mis máscaras tontas -pero lo hago-, y no puedo moverme -pero improviso-; y si, ya se que no, que me tengo que ir -te doy un beso-, que vos no podes, que no queres -otro beso-, que yo tampoco, que amar es liberar y dejar ser y que todo eso es raro -muchos besos-, si, todo eso que desde la cabeza entiendo y después me sale mal y entonces desprecio amores y recelo calores, y vos tan ipad y yo tan pasacasett y todo tan difícil (pero tan simple), y yo que me confundo y no quiero fundirme, que aunque tan cerca tan lejos y todo lo demás. Y entonces respiro hondo y te miro y calor tibio; y entonces respiro hondo, me sacudo, te miro otra vez y ya te estas yendo y yo también, y querer volver es tan estúpido como explicar el olor de la mañana o luchar contra la gravedad y entonces sólo devengo, y aúllo pero contenta mientras nos alejamos para empezar a volver.

jueves, 2 de octubre de 2014

La baulera III (julio 2007)

Me volví a perder... últimamente todo ha tomado una extraña forma dialéctica. Hay círculos imperfectos que parecieran repetirse pero no, porque cada vez toman una forma diferente pero igual, porque al fin de cuentas el motor sigue siendo el mismo: salir de la gran costumbre; pero el saboteo tampoco cambia su forma, la quemadura dulce prosigue... el empujón, la idea, la conexión... el estancamiento, la distracción, el abandono... Intento siempre motivos diversos, pero se bien que en el fondo existe sólo uno: el indescriptible, ese al que soy incapaz de ponerle un nombre, ese que hace que respirar sea difícil, ese que contiene en sí miedo, soledad y rayas, muchas rayas.
Seguir al conejo hizo que cruzara, el haber cruzado me dejó ver, el haber visto generó el rechazo, el rechazo trajo soledad, sentirme sola hizo que quisiera volverme ciega y esa falsa ceguera hizo que empezara a buscara en cualquier cuerpo tibio un alivio para mi soledad...
Falso alivio condimentado por breves momentos de éxtasis en los que pude no pensar, pero que acababan prontamente... como llenaban mi cuerpo, así lo vaciaban y la soledad se abría paso por entre mis entrañas, consumiéndome entera, dejando en evidencia que no había vuelta, que la mentira era sólo una posibilidad como mentira, siempre consciente.
No supe que hacer, me quede de esta lado, añorando aquel otro, sola. Y acá estoy en este nada que no entiendo porque es nada y no hay nada que entender, sin poder volver al dulce engaño.
Fundido a negro pero con un punto blanco que mantiene un latir. Una parte mía aún no resigna la búsqueda de este lado; sólo hay que dejar de vivir allá y buscar acá, entre los que estamos. Hacer valer la diferencia, es instalar la idea, la discusión, el diálogo, no dejar de creer... otra vez. De repente el punto blanco se hace cada vez más y más grande: optimismo, creencia, diálogo, idea; hasta posibles cuerpos tibios con un torso acogedor y un corazón cuyo latir me pacifique... Terminare encegueciendo de blancura? Estará empezando otra vez el círculo igual pero distinto? Otra vuelta a la calesita? Tal vez no, tal vez si, en el medio siguen quedando los quizás … (siempre preferí a Julio)

La baulera II (junio 2006)

La bandada de ángeles paso cerca.
Cuanta mentira y cuanta verdad. ¿Por que te vas si yo quiero que te quedes? Y ahora que estás andate. No entiendo nada. Abrazame. Correte. Cuidame. Matate. ¿Por que te fuiste tan lejos? No huyas de mi.

Mis ojos no paran de buscarte entre la gente. Y me duele el recuerdo de los tuyos en la panza. Color a color, despacio el olvido de acá me lleva al otro lado de allá de eso que no es porque no existe. Comunicarme con la música del más allá, color desconocido. El niño no esta más. La tortuga nunca alcanzará a la liebre, torcer la ecuación es imposible, la base esta rota. No existe pero esta rota y nos sostiene; axioma virtual que sustenta esta paranoia colectiva sobre la que caminamos... duele, duele, duele, duele, duele, duele; no se dejar de morir. El laberinto no existe porque no hay fondo, es tan mentira como la base; entonces ya estoy muerta. Entonces ya soy nada. 

La baulera I - ( 2004 / 2005)

EL IMPERIO


  1. Que no me da vergüenza (sólo perdí el apetito)
  2. Que tus secreciones son simpáticas (pero lejos de mi cara)
  3. Que decime pobresita
  4. Que fajame un poco
  5. Que no te mires hacerlo (o masturbate solo)
  6. Que no vengo de Melmac (sólo hablo dormida)
  7. Que no pateo con furia (sólo te envuelvo con mis piernas)
  8. Que no me jode tu olor
  9. Que me gusta tu perfume
  10. Que el tinto me entusiasma
  11. Que el humo me calienta
  12. Que mis ojos no mienten
  13. Que me hincho a la mañana (y no pretendas que razone)
  14. Que mate antes que te
  15. Que dulce antes que salado
  16. Que no me gusta si te das cuenta
  17. Que vestite y andate
  18. Que abrazame y quedate
  19. Que el verano me ahoga
  20. Que el invierno me excita
  21. Que lameme despacio
  22. Que haceme rápido
  23. Que no acabes ahora
  24. Que acabá conmigo
  25. Que mirame a los ojos
  26. Que morite ahora mismo
  27. Que abrazame seguro
  28. Que dormite a mi lado
  29. Que el resto averigualo solo
  30. Que no me tomes demasiado enserio.